Quién está atrás de ContraBanda?

Me llamo Manon, tengo 28 años y nací en Bruselas. El proyecto ContraBanda llegó a mi mente en 2018 como una revelación. Más adelante fue tomando forma y acabó concretándose en la combinación ganadora de diversos aspectos de mí misma que buscaban cómo materializarse: reciclaje, rebellión climática, ayuda mutua, solidaridad, amor por la ropa de segunda mano, por las relaciones humanas, el compartir,…

Siempre he tenido una gran sensibilidad con respecto a la temática ecológica y a la justicia social, y ha ido naciendo en mí un compromiso personal cada vez más grande para cambiar las cosas. Sobre todo, tengo la convicción de que sin ir más allá de lo individual, perderíamos mucha energía y tiempo probando hacer del mundo un lugar más bonito, más justo y más viable para todas y todos. Convicción de que cambiar un sistema se hace sacudiendo sus bases problemáticas a través de nuestro consumo y de nuestras elecciones cotidianas entre un modelo y otro: esto solo lo podemos hacer entre tod@s, pero eligiendo individualmente cómo consumir, cómo juntarnos y cómo relacionarnos con el medio ambiente y con los demás.

Siento la fustración de observar las lógicas de consumo desenfrenado que rigen nuestra vida cotidiana, sabiendo que cuando caemos en el consumo irresponsable es por falta de sensibilización y de concienciación, pero también por falta de alternativas. He descubierto que debo convertir todo este impulso en sugestión positiva. Existen alternativas, están a nuestro alcance y muchos son los y las que todavía no saben lo divertido y gratificante que puede ser.

Puede haber un placer en rebuscar ropa, un amor por el ambiente tan agradable, relajado y amigable de los mercadillos de segunda mano en los que toda mi vida he podido pasar fines de semana enteros. Siento un gusto especial por conocer la historia de los objetos de segunda mano, de la cadena de transmisión y las anécdotas que los rodean. Conociendo el pasado de un objeto podemos valorarlo mucho más. Me aporta mucha alegría poder adquirir nuevas prendas originales sin apoyar a ninguna industria maligna, sino a la gente ordinaria, creando relación y vínculo con estas personas, mucho más parecidas a mí que los grandes millonarios que dirigen la industria textil; y, sobre todo, gastando muy poco. ¡Son todo ventajas!

La inspiración me viene de Bruselas, mi ciudad natal en la que viví 24 años antes de mudarme a Granada atraída por su belleza y su gente. En Bruselas, comprar ropa y otras cosas en tiendas de segunda mano es culturalmente mucho más expandido. Se ha dejado atrás la idea de que la segunda mano es una cosa de caridad y pobreza. Con más y más gente concienciada sobre los temas ecológicos, hoy en día se ha convertido en algo muy común en todos los públicos. Paralelamente a esto nacieron nuevas tiendas de ropa usada por todos los rincones de la ciudad. Vivimos en un mundo en el que las ideas viajan y llegan en distintos lugares con temporalidades distintas.

Estoy segura de que, por ser tan evidentemente necesaria, la ola del comercio de segunda mano llegará por el sur de España también. Con ContraBanda, quiero ayudar al impulso de esta ola.

Por último, tengo la necesidad de llevar en mi vida un proyecto profesional que tenga sentido, valores y que sea útil para otrxs. Dedicamos mucho tiempo al trabajo: mejor si ese trabajo lo empleamos bien. Ahora que se hace tan urgente la necesidad de un GRAN cambio de forma de actuar en la globalización y frente a los desafíos de este nuevo siglo, yo no soportaría sentirme inútil. ContraBanda es la realización de un sueño: crear un lugar en el que encontrarse, simplemente, pasándolo bien y disfrutando del placer de hacer las compras mientras participamos, junt@s, en un cambio.